A medida que la población mundial aumenta hacia los 8100 millones de personas para el año 2023 y se estima que alcanzará los 10 900 millones para el año 2100, el desafío apremiante de acomodar este crecimiento se presenta de manera destacada. La presión sobre la infraestructura, la disponibilidad de recursos y las necesidades básicas como la comida y el agua son innegables. Entre estas necesidades críticas, la vivienda destaca como una preocupación fundamental.

Paralelamente a este crecimiento, las mejoras en el cuidado de la salud, la nutrición, el saneamiento y la educación han llevado a un notable aumento de la esperanza de vida en el mundo durante las últimas dos décadas. Este cambio demográfico, y en particular el envejecimiento de la población, plantea un desafío complejo para las sociedades contemporáneas en todo el mundo. El impacto socioeconómico de esta tendencia está dejando huella en nuestras comunidades y está influyendo en el panorama global.

Los gobiernos de los países desarrollados están dedicando considerables esfuerzos y recursos para abordar las complejas implicaciones del envejecimiento. Pero el desafío va más allá de simplemente aumentar las tasas de natalidad. Se necesitan tomar medidas urgentes para desarrollar políticas e iniciativas integrales que garanticen una vida activa, segura y saludable para un segmento en crecimiento de la población, los adultos mayores.

Existe un reconocimiento creciente de que la vivienda debe adaptarse a la edad. Lo que una vez parecía ser el hogar perfecto puede dejar de cumplir con las preferencias y necesidades cambiantes de las personas a medida que envejecen. Existe un creciente deseo de tener una vivienda más compacta con características que pueden no haber sido prácticas durante los años de crianza de los hijos. Además, las consideraciones de salud a menudo llevan a las personas a buscar un hogar que satisfaga sus necesidades cambiantes y garantice un continuo confort y bienestar.

Al considerar las necesidades de vivienda de las personas de mediana edad, varios factores clave salen a la luz:

• Espacios adaptables: la capacidad de transformar y adaptar los espacios habitables en respuesta a circunstancias cambiantes es crucial.

• Entornos inteligentes: el diseño y la integración de tecnologías inteligentes para crear ambientes de vida seguros y saludables son clave para mejorar la calidad de vida.

• Redes colaborativas: fomentar redes interconectadas que faciliten sistemas informales de cuidado y apoyo desempeña un papel fundamental a la hora de abordar el cambiante panorama de los paradigmas de cuidado. La colaboración es clave para garantizar que las redes de atención basadas en la proximidad se mantengan sólidas.

El proyecto ACTIVAS es una respuesta directa a estas necesidades cambiantes de vivienda: un proyecto pionero centrado en soluciones tecnológicas e innovadoras y enfoques multidisciplinarios para una vida activa, segura y saludable. Sonae Arauco fue una de las participantes del proyecto, uniendo fuerzas con un consorcio dedicado a los espacios de vida adaptables y a las soluciones centradas en el usuario.

En el centro de nuestra contribución había un compromiso con la creación y regeneración de espacios, a través del diseño arquitectónico que sirve como alojamiento a largo plazo. El objetivo era crear espacios flexibles, adaptables y receptivos a las necesidades únicas y cambiantes de las personas. Un aspecto central de este esfuerzo fue la exploración de materiales derivados de la madera, particularmente el tablero de fibra 3D (3DF) para soluciones de muebles y AGEPAN en el desarrollo y la construcción de viviendas adaptadas, con interfaces visuales y digitales.

Las contribuciones distintivas de Sonae Arauco incluyeron el desarrollo de estructuras de madera adaptables y materiales innovadores para muebles basados en la tecnología. En el proyecto ACTIVAS, los esfuerzos de investigación y desarrollo (I+D) se han centrado en áreas como revestimientos, sensorización y sistemas de construcción integrados, con los siguientes objetivos principales.

• Sistemas adaptables: el uso de estructuras basadas en la madera para crear sistemas adaptables equipados con sensores para detectar temperatura, humedad y vibración.

• Muebles funcionales: crear soluciones de mobiliario receptivas con sensores táctiles que fomentan tanto la funcionalidad como la comodidad.

• Mejora de superficies: enriquecer las superficies con formulaciones ecológicas y no tóxicas para brindar propiedades hidrofóbicas y antimicrobianas que promuevan la salud y la longevidad.

• Integración de sensores: pionero en el diseño de estructuras 3DF de detección, integrando sensores táctiles y/o de proximidad y actuadores de retroalimentación háptica.

• Innovación modular: desarrollo de sistemas modulares, con la integración de placas AGEPAN, con estructuras adaptables y transformables con una filosofía de diseño «plug-and-play» (enchufar y usar).

El proyecto ACTIVAS representa un paso pionero en la respuesta a las diversas necesidades de vivienda en diferentes etapas de la vida a través del uso de tecnologías de vanguardia, diseños centrados en el usuario y marcos arquitectónicos flexibles.

Como resultado, el consorcio ACTIVAS ha desarrollado un prototipo donde todos esos avances se integraron juntos, como se mostró en la presentación final del proyecto el pasado mes de junio, en el Centro de Congresos Alfândega do Porto. Este prototipo cuenta con productos de Sonae Arauco: soluciones AGEPAN para la estructura, el 3DF prensado para los paneles de pared, y también las puertas para muebles, que están hechas de HDF y PB. Con el prototipo producido, es posible ver varias aplicaciones donde nuestros productos pueden añadir valor de manera sostenible e innovadora.

Un futuro en el que la vivienda esté perfectamente integrada en el tejido en constante evolución de la existencia humana está siendo creada activamente por Sonae Arauco y sus socios ACTIVAS.